lunes, 2 de marzo de 2020

EL ALBATROS


     Y ella finge que se lo cree. Que es toda su vida para siempre. Que con ella su dicha es absoluta. Que no desea otra cosa que vivir en sus ojos. Que nada le falta. Que se esmerará en cuidar de que no goteen los grifos. Que incluso aprenderá esa mezcla perfecta de ceras y pigmentos que hacen que el parqué reluzca como nuevo. Pero, en el fondo, sabe que él un día desplegará las alas y volverá a las altas regiones donde todo es más puro o lo parece.



2 comentarios:

  1. Me gustó tu relato, Antonio. Ese aire poético le da mucha sonoridad, pese al tono melancólico de la historia.

    Lo seguimos intentando.

    Saludos.

    ResponderEliminar