jueves, 21 de enero de 2021

Asaltaron el Palacio de Invierno y justo entonces se estropeó la calefacción.

 


Luzbel se rebeló contra Dios y acabó en el infierno. En realidad lo hizo porque estaba harto de las corrientes de aire de allá arriba.

 


En cuanto se hubo consumido la hoguera, el alma del hereje se apropió del cuerpo del inquisidor.

 


Se negaron a disparar contra los patriotas cuando vieron que un pintor tomaba apuntes para retratarles.

 



Una vez la revolución hubo triunfado, el libertador preguntó por el sastre y el peluquero del tirano.

 


Relato ganador del concurso "Cuenta 140" de El Cultural de El Mundo. Semana del 11 al 17 de enero de 2021. El tema era "la insurrección".

viernes, 8 de enero de 2021

LA NOCHEBUENA SE VIENE...

        Felicidad sirvió la sopa de pescado con la caceta de la cubertería de los días de fiesta. Lo hizo con cuidado para no manchar el mantel de hilo planchado expresamente para lucirlo en esta noche. Qué fastidioso es esto de estar con mascarilla, dijo, y recibió el beneplácito de Vicente, su marido, que enarcó levemente las cejas. Los niños se removían nerviosos en las sillas. Vicentín apuntaba ya pelusilla en el bigote y Mari Tere estaba en esa etapa en que las muñecas se convierten en confidentes de los secretos más profundos. Felicidad pensaba en la desgracia que suponía para las familias esa pandemia cruel que tenía a todo el mundo trastornado. Nunca había sido una mujer medrosa ni especialmente cauta, pero le preocupaba la presencia de sus padres en la mesa. Y, cómo, les íbamos a dejar solos en una fecha como esta, pensaba mientras acababa de servir precisamente el plato de su madre, Fuencisla, una mujer dicharachera y vivaz a quien costaba mantener el tapabocas quieto, pues era dada a la conversación y las palabras se le enredaban en aquella especie de bozal como la paja en la ceranda que usara de moza. Pascasio, el padre, hombre paciente y domado por la vida, mantenía el tipo con su mascarilla FPP2 bien ajustada. No tenía el problema de su mujer, pues no era hablador, y se limitó a dejar la protección sobre el mantel mientras sorbía la sopa.

El Rey, daba en la televisión su perorata, sin que la familia le dedicara más atención que al balanceo en su jaula del canario o al ronroneo del gato junto al radiador. Cuéntales a los abuelos qué tal vas en el cole, quiso imponer Felicidad a su vástago como por animar un poco aquella reunión un poco atribulada. Y el chico, sin muchas ganas, empezó a contar que le tenía manía don Miguel, y que una niña solo hacía que molestarle con su cháchara en las clases de Inglés. Terminó de hablar el monarca y ahí sí se animó un poco Pascasio con una diatriba contra esa gente que nos come el pan y no hace nada, en un resabio de rebeldía que tenía ya muy olvidada y solo a veces reverdecía un instante, como esos brotes que pugnan por emerger de troncos que todos dan por muertos.

Fueron pasándose unos a otros los platillos con canapés variados, mientras retiraba Felicidad las cáscaras de los langostinos que había comprado congelados semanas antes, porque no veas cómo abusan en estas fechas. La conversación transcurría en rachas desiguales, como el aire en esos días de marzo en que parece que el dedo de Dios juega con el interruptor de un gran ventilador. Fuencisla arrancó a hablar entre una tostada y otra de salmón, pero fue reprimida por su esposo, que le recomendó no hablar tan alto, por eso del virus, ya sabes.

Felicidad recogió la mesa mientras la tele lanzaba sus destellos de colores e inundaba el ambiente de músicas absurdas. Luego se sentó en el sofá y se dispuso a tomar el tazón de manzanilla de siempre, arrullada por aquellos sonidos como de otro mundo. Fue poco a poco quedando adormilada, mientras en su mente desfilaban imágenes inciertas de sus padres despidiéndose en la puerta, abrígate papá con la bufanda, y de los hijos poniéndose el pijama. Su marido no estaba tampoco, seguramente habría ido como solía a calentarle su lado de la cama.

En la breve gacetilla no mencionaron el detalle, pero a los del 112 les chocó el detalle de aquella mesa con los seis platos tan colocados junto a los cubiertos y las copas, y el primor de las flores del centro. Felicidad tenía la mascarilla perfectamente colocada, por lo que nadie pudo ver la melancólica sonrisa de sus labios.


Concurso #unaNavidaddiferente Zendalibros.com

lunes, 4 de enero de 2021

TRES LUSTROS DESPUÉS

Esperando que más pronto que tarde, dejes de llorar por él. Esa ha sido siempre nuestra meta. Y por por eso te hemos comprado este. No es de Sévres como el que heredaste de tía Obdulia, pero nos ha valido un riñón. Espero que nos perdones ahora y nos devuelvas la pelota.



Presentado en "Relatos en cadena". Frase de inicio: "
Esperando que más pronto que tarde, dejes de llorar por él".

Consiguió doctorarse sin abrir un libro. La tesis trataba sobre la capacidad de escribir quinientas páginas sin decir nada.

 


Era un virtuoso en el juego de la Oca, hasta que se puso a dar pasos hacia atrás para que le hicieran la foto al borde del acantilado.

 


Nanorrelato enviado a Cuenta 140 de El Cultural de El Mundo. El tema era el "mérito".

LA VENGANZA DE GENARÍN

Veníamos del Húmedo con bastantes orujos encima. Tantos que, aun siendo unos guajes, la vista nos hacía ya chiribitas. De pronto Javines se empeñó en un imposible: subir a la muralla y robar la sagrada ofrenda. A saber, el orujo, el queso, la corona. Nos opusimos, pero acabamos asistiendo, con el alma en un hilo, a su ascender como gato cojo por las piedras gastadas. No lo fulminó entonces la maldición de Genaro, aquel egregio desclasado. De la botella y el queso dimos buena cuenta, y la corona acabó en el cuello de un prócer local petrificado. Entre traspiés y cánticos acabamos la noche con bien. Pero he aquí, tantos años después, que encuentro a Javines en un canal de Youtube. Casi no le reconozco al pronto, pero su mirada y su voz son las mismas. Predica sobre nutrición y salud y le sigue una pléyade de suplicantes que se fustigan contra los pecados del alcohol y la carne. Preconiza una dieta basada en vegetales crudos y alpiste integral. A su espalda, la sombra cruel del pellejero sonríe sardónica.


Relato presentado a LEMCA. Concurso organizado por Esta Noche te Cuento como competición por equipos.