Quizás
sea mejor no llevarles la contraria,
e
incluso
seguirlos
un poco la corriente.
Si usan laca, pues nos ponemos
el tupé de punta.
Si se ponen chupas con
clavos,
pues nos
hacemos con
una igual.
En cuanto a comportarnos,
tampoco es tan grave si
tenemos
que interrumpir la clase, o dar un capón a ese tan estirado que se
sienta delante. Fumar, no está tan mal, incluso si
es ese
costo que le pone a uno contento y le hace olvidarse de cómo
chillaba el compañero al que golpeamos
entre todos. Al
fin y al cabo, la unión hace la fuerza.
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