viernes, 26 de marzo de 2021

ARGOS 3.0

Su incontrolable afición por los viajecitos interplanetarios le costó serios disgustos. De vuelta de una guerra lejana se vio prisionero de una venusiana que le tuvo cautivo varias órbitas. Cuando logró escapar, estuvo a punto de perecer víctima de un tornado de basura espacial. Pasó luego por la experiencia de resistir el subyugante canto de los anillos de saturno y el encantamiento del ordenador central de su propia nave. Cuando llegó por fin a casa se encontró que al perro se le había desconfigurado la memoria y tuvo que huir de allí, pues nadie más le recordaba.


Micro presentado a "Relatos en cadena" de la SER.


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