martes, 22 de diciembre de 2020
“Algún día, hijo mío, todo esto será tuyo”, decía el padre mientras el joven poeta miraba al horizonte.
Relato finalista en "Cuenta 140" con el seudónimo Armiño. 21-12-2020
https://elcultural.com/la-real-academia-espanola
miércoles, 16 de diciembre de 2020
NI CAÍDO DEL CIELO...
Que vengan por fin a rescatarte, que no se hagan de rogar. Pero mientras estarás en mi cuarto. Yo te traeré cereales y galletas. ¿Te gustan las de coco? No salgas, no vaya a ser que mis padres se enfaden. Quédate en el armario mientras yo voy al cole. Esta tarde me tienes que ayudar con los deberes, que toca la Vía Láctea.
Relato participante en "Relatos en cadena" en la SER. Frase de comienzo: "Que vengan por fin a rescatarte".
martes, 8 de diciembre de 2020
VIDA NOCTURNA
Mientras chirrían tus arrugadas costuras de bronce, nos lanzamos al galope tras tu estela de guerrero imbatible. Nos gusta sentir en nuestros rostros el aire puro de la madrugada que mitiga la herrumbre amarga de las tardes al sol. Nuestros gritos feroces nos liberan del deshonor de la intemperie y del oprobio de la indiferencia. Te seguimos, oh capitán, con nuestros corceles fragorosos. Detrás vienen los infantes con sus galas, y aún algunos prohombres de levita. Las calles vacías son nuestro Waterloo y los semáforos el resplandor de las hogueras. Los intelectuales prefieren quedarse en sus peanas.
INTEMPERIE
Mientras chirrían tus arrugadas costuras de bronce nosotros nos amamos en el banco de piedra que hay debajo. Somos jóvenes y no sabemos mucha historia, precisamente nos piramos esa clase. Tú en cambio rezumas años subido en ese caballo inmóvil que levanta las patas delanteras en un relincho mudo. Venimos siempre y hasta hoy no nos habíamos fijado en tu armadura, ni en esa espada que amenaza a un enemigo imaginario. Nos hemos acercado y hemos visto que eres precisamente el personaje de la lección de hoy en el colegio. Qué casualidad. Y qué pena, colega, que te hayan perdido el respeto las palomas.
martes, 24 de noviembre de 2020
NO SIEMBRAN, NI SIEGAN.
Si los pájaros te miran extrañados es porque hoy ven algo diferente en ti. Los pájaros son buenos psicólogos porque se pasan el día en la calle sin hacen otra cosa que observar. Comes tu bocadillo en el banco de siempre, pero no les echas migas. Quizás porque estás ensimismado en tus problemas, o porque ya no te sientes en disposición de poder dar. Mañana, los pájaros ya te habrán aceptado como igual. Estarás como ellos en la calle, esperando recibir. Peor aún, porque ellos pueden cagarse en las estatuas, y eso ayuda.
Relato participante en "Relatos en cadena" de la SER. Frase de inicio: "Si los pájaros te miran extrañados".
viernes, 20 de noviembre de 2020
BEGIN THE BEGUINE
Se escucha ese «pi» infinito, tan irracional ,y todo se pone en movimiento. Largas filas de seres entran con sus monos de trabajo y herramientas en los talleres. Cada equipo trabaja las piezas consabidas. El jefe de producción toma nota de cada segundo. Una pausa para el almuerzo y vuelta a la tarea. Y así ocho horas, todos los días, todos los meses, toda la vida… Despierta sobresaltado con el pitido del reloj. Se levanta, desayuna, toma el autobús, llega a la fábrica. Suena ese “pi” infinito. Aprieta la tuerca una vez más.
Micro presentado a "Relatos en cadena". Frase de inicio: "Se escucha ese 'pi' infinito".
martes, 10 de noviembre de 2020
TRECE EN LA CARRETERA
¿Te acuerdas de la peli? Sí, hombre, la de esa pareja que habla y venga a hablar. Menudo coñazo. Me la recomendó Sebas, aquel del pelo largo, tan cinéfilo. Que si no sé qué del plano contraplano y del montaje, qué se yo… ¿No oyes ruido atrás? Esto de llevar trabajadores ilegales me mata. Y encima diez. No sé, cualquier día acabamos en la trena. ¿No crees? Sí, sí, no pongas esa cara de palo. Estoy por parar y echar un vistazo. ¿No? Pero…, qué hay ahí, ¿la guardia civil? Joer, la chica de la curva…, solo nos faltaba...
Relato participante en Lemca. En este caso la condición era que la acción transcurriese en un vehículo en carretera.
VENECIA SIN ÉL
Cada mañana separas delicadamente los visillos y miras hacia el Gran Canal. Esta vez todo iba a ser diferente. Te lo dijo mirándote a los ojos con ese aplomo que siempre te desarma. Aunque motivos tienes para dudar de él. No es la primera vez, en estos años de hiel y fuego, que te ha dejado por una aventura. Volver vuelve, eso sí, y te mira como un príncipe a su bien más preciado. No te pide perdón, pero te sientes inmortal. No como ahora, mientras los barcos pasan dejando estelas que se entrecruzan bajo un cielo de plomo. Faltan tres días para La Bohème en la Scala y llevas ya otros tantos en esta jaula de incertidumbre. Intentas no pensar, no imaginarlo en París profanando con otra tus lugares sagrados, no entreverlo brindar con esa sonrisa que prometió no dedicar ya a nadie, solo a ti. Eso te dijo. Así que esperarás. Descorrerás la cortina cada día, hasta ese en que verás su boda en todos los periódicos. Y te sentirás como Mimí en aquella buhardilla con goteras.
Relato participante en Lemca, organizado por "Esta noche te cuento". Las condiciones eran estar narrado en segunda persona y constar de tres personajes.
SE EXIGE BUENA PRESENCIA
Le pido que haga todo lo posible por mantener con vida a mi marido un poco más y me dice que sí, que no me preocupe, que él y su equipo van a dedicarse intensamente a su cuidado. Pasan horas de angustia y me dicen por fin que ya puedo verlo. Está sereno, sin gesto alguno de padecimiento; casi se diría que sonríe, y el color de su rostro es animado. Está, eso sí, inmóvil y vestido de gala. “Vamos”, dice una voz, “el pueblo espera para ver a su líder”.
NÉMESIS
Le pido que haga todo lo posible por mantener con vida a mi marido un poco más, que tome las medidas necesarias, que utilice respiración asistida, alimentación parenteral, medicación intensa, drogas que le prolonguen la consciencia. Que no repare en medios humanos y hasta divinos si hace falta. Él me mira por encima de sus gafas metálicas, con esos ojos que lo saben todo, y me dice que sí, que lo mantendrá vivo hasta que desee no haber nacido.
Micro presentado a "Relatos en cadena". Frase de comienzo: "Le pido que haga todo lo posible por mantener con vida a mi marido un poco más".
miércoles, 4 de noviembre de 2020
MAJESTAD, NO LE DOLERÁ NADA
Le agradezco con otra sonrisa su mentira piadosa y pongo dócilmente el cuello sobre el tajo. Las palabras siguen resonando en mi cabeza cuando esta cae blandamente en el cesto.
Relato presentado a "Relatos en cadena". Frase de comienzo: "Le agradezco con otra sonrisa su mentira piadosa".
martes, 27 de octubre de 2020
viernes, 23 de octubre de 2020
jueves, 22 de octubre de 2020
lunes, 28 de septiembre de 2020
DULCE COMPAÑÍA
Ya estoy en casa, dice siempre con su voz cantarina cada vez que entra por la puerta. Luego se pone a cocinar y me cuenta sus problemas, o la ilusión que le hace tener un ordenador nuevo en la oficina. Hay días en que ese “ya estoy en casa” es menos jovial, como si hubiese ido perdiendo brillo al paso de las horas, pero todo vuelve a la normalidad al día siguiente. Hasta aquel lunes en que no dijo nada y abrió varios frascos. Claro que me hubiera gustado impedirlo, pero me está prohibido intervenir en esos casos.
DESESPERANDO
Ya estoy en casa y Elías sigue sin llegar. Me dijo: “Tomo un vaso y enseguida voy, ratita”. Me llama siempre así cuando pretende ser simpático o cuando quiere hacerse perdonar. Un vaso. Si fuera solo uno… Y sabiendo que no debería, que siempre acaba mal. “Ratita, no me digas lo que tengo que hacer”. Y gritos, y peleas. Le estoy esperando y sigo sin oírle llegar. Y va para diez años. “Un carro de fuego”, decía siempre él, “ratita”. Y claro, yendo en llamas no vio al tráiler que lo arrolló. Y va para diez años y… cincuenta minutos.
Relatos en cadena, la SER.
CUADROS
Íbamos a veces. Cogíamos en la estación el tren de mediodía. No tardábamos mucho en llegar. No como cuando íbamos a visitar a la otra, la materna, que nos pasábamos cuatro horas en un convoy, soportando ventanillas traqueteantes y silbidos prolongados. La madre de mi padre vivía cerca, pero me daba tiempo; de aquella yo fantaseaba mucho con los límites. Las líneas rectas y los colores planos de un Kandinsky, en el cristal, y los pájaros haciendo de fusas en silencio. Las montañas señalaban el norte. Había parada en Cuadros, justo cuatro minutos. Me hacía gracia el nombre impreso en baldosines. Me imaginaba un trazado de cuadros de ajedrez, con sus calles trazadas a cordel. Banderín verde, la máquina cerraba la cremallera de los campos. A un lado había espigas amarillas, al otro la arboleda sombreando el reguero. Las hebras de humo tenían pincelada impresionista. De repente chirriar de frenos. Bajábamos a un andén muy diferente al que pintara Monet en Saint Lazare. La abuela nos esperaba vestida de negro intenso, con el mantel holandés de bordados, y aquella luz.
jueves, 24 de septiembre de 2020
OCUPEN SUS ASIENTOS
“Qué gusto da verlo todo recogido”, dijo mamá osa. “Desde hace un tiempo, es como si un duendecillo del bosque nos hiciese de chacha gratis”, apuntilló papá oso. “Y qué bien lava los platos y las tazas”, dijo pizpireto el osito. La verdad es que eran una familia muy desordenada. Siempre salían a pasear por las mañanas dejando la mesa perdida de restos de polenta y de miel. Ricitos les estaba viendo ahora desde fuera, a través de una rendija del postigo. “Saben hablar, nos harán de oro”, le dijo al oído al empresario mientras preparaba los dardos paralizantes.
Relato participante en la 3ª jornada de la XIV edición de Relatos en cadena. Frase de comienzo: "Qué gusto da verlo todo recogido",
RÍASE LA GENTE
jueves, 10 de septiembre de 2020
LAS REGLAS DEL JUEGO
Ese no es nuestro estilo de familia, dijo el abuelo esquimal a los allí presentes. El padre mejicano, se quitó su gran sombrero con parsimonia y miró a su alrededor con las manos en el cinto. No se alteren, dijo entonces la madre tirolesa con una voz cantarina llena de altibajos. Pero entonces, el hijo bantú empezó a trastear con los tambores, lo que sacó de quicio a la abuela china, tan apacible en general. Tuvo que intervenir la hija árabe pidiendo calma. Cuidado, vienen los niños, dijo en voz baja. Y todos se callaron, apretujados en la caja.
XIV Edición de Relatos en Cadena.
GENIO Y FIGURA
Ese no es nuestro estilo de familia, jovencito. Se presenta usted con ese traje mal cortado, y esa corbata malva. Aquí somos de guardar las formas. El mundo está ya bastante desquiciado. Un buen frac con su chaleco blanco siempre es bien recibido en cualquier parte. Y los zapatos de charol brillantes son una norma más de la etiqueta. Para reuniones informales siempre se puede recurrir al esmoquin, con tal de que sea negro, por supuesto. Ahora váyase, haga el favor, nuestra hija no es digna de tratarse con gente tan mal amortajada.
XIV Edición de Relatos en Cadena. Primera semana. Septiembre 2020.
jueves, 3 de septiembre de 2020
NOS VEMOS ARRIBA
Nunca había estado en el Empire. En el hall, se fijó en los numerosos niños de colegio. Estaba ilusionado, aunque perplejo. En la 19 tuvo la sensación de que en el ascensor solo había jóvenes, pero al llegar a la 40 reparó en bastantes personas maduras. Se oía el zumbar de los cables de acero y los botones parpadeaban sin cesar. Desembarcó en la azotea con un grupo de ancianos. Cuando corría a coger sitio en la baranda vio que ella le esperaba. Un sol de fuego le hizo cerrar los ojos. El bip-bip se hizo línea continua.
Micro escrito para el concurso LEMCA de "Esta noche te cuento".
CANTATA PARA PALOMO Y ORQUESTA
Siempre he odiado cantar. Será porque mi oído es de adobe, o porque mi voz es irritante incluso cuando hablo, o por don Pablo. Se creía muy simpático Palomo, así se apellidaba, con P de puñetero, de pedazo de mierda, de podrido hijo de p… Siempre bien erguido entre las mesas, la cabeza alta, como buen retaco, el bigotito enhiesto; y aquella varita siempre amenazadora tras las nucas. “A ver, Fernández…”, allí ante todos, y en cuanto dudabas ya estaba su mano en tus patillas. “No se queje tanto, no sea nenaza”, nos decía ante las risotadas de la clase. Y cuando quería ponerse festivo era aún peor. Fue un día antes de las vacaciones cuando aquello. “Cante usted Fernández, bien fuerte, para todos”. Y sabía de mi timidez y, sobre todo, de mi incapacidad para la música. Y yo que no, y él no me haga enfadar, y el palito amenazador ante mi cara. Después de treinta años aún se siguen riendo. Las carcajadas se oyeron hasta en el colegio de las chicas. ¿Se acuerda Palomo? Pero no tiemble. Nada ha cambiado, solo que ahora yo tengo la batuta y le toca cantar a usted.