Habría sido insufrible ver a ese pedazo de cachas haciéndole el boca a boca a su esposa, así que prefirió dejar que se ahogase. Los siguientes cuarenta años se dedicó a visitar su tumba e intentar convencerla de que lo hizo por amor.
Micro participante en la Jornada 21 de "Relatos en cadena" de la Ser.
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